CIE de Murcia

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En 1PSXXI somos policías de la calle y nos gustan las lecciones aprendidas para construir el futuro del modelo policial, anticiparnos a todos los escenarios posibles y no actuar a toro pasado como el modelo policial del siglo XX o modelo Villarejo.

Recientemente han ocurrido hechos que nos hacen buscar un modelo policial con mayor alcance que el actual. Hechos como la clausura del CIE de Murcia por un juez, cuya consecuencia ha sido movilizar a más de 70 internos y desbordar los servicios de extranjería y seguridad de Murcia, con grave perjuicio que ello ha supuesto para la seguridad pública. Y el mensaje que ha dado a cualquiera que pretenda dejar la calle sin efectivos, diciéndole que puede atacar una infraestructura crítica y no habrá policía policías para atender a una catástrofe.

No es el único evento que nos preocupa, la Operación Trapaceros de la Guardia Civil se inició en febrero pasado, se ha cerrado el pasado mes de julio y gracias a este trabajo, la Guardia Civil consiguió desmantelar una organización de ciudadanos españoles que asaltaban viviendas de personas mayores con violencia. Un éxito mediático, si no fuera porque se les acusa de 39 asaltos a viviendas con un total de 289 víctimas. En 1PSXXI nos planteamos que no es un éxito esclarecer esa cantidad de delitos dentro del sistema estadístico de la criminalidad de cara al Ministerio de Interior, ante la opinión pública y ante los partidos políticos, el éxito es que cada hecho tenga su consecuencia y que el juez impute cada uno de los hechos, esto será más difícil, pero queda muy bonito a la hora de hacer propaganda.

En otros países con reciente historia democrática también lo hemos visto, en Rumanía la Policía fue incapaz de proteger la vida de una menor secuestrada y violada por falta de iniciativa, quienes conocemos el trabajo policial sabemos que detrás de la falta de iniciativa hay gestores poniendo palos en las ruedas. A menudo se trata de gestores políticos que nunca se han subido a un coche patrulla y están en su cargo por obediencia, no por profesionalidad.

Esta clase de cargos llevan consigo enquistamiento de las instituciones, mayor corruptibilidad, nepotismo y transmisión hereditaria de los puestos de trabajo hasta que clanes familiares hacen y deshacen a su antojo; se construyen redes clientelares y se imponen personalismos; se cocinan informes a la carta y se invierten los fines y los medios; parecen camarillas y se empodera a lobbies con intereses particulares; se excluye a la mayoría por “no conocer a alguien” con argumentos como “no dar el perfil” o “falta de experiencia”; se desprecia el trabajo policial y los policías pasan a ser tratados como números dentro de estadísticas; el factos humano desaparece de la ecuación, lo importante es mantener a la red parasitaria.

Estos cargos no son vitalicios por casualidad, tal condición les permite tejer redes de poder paralelas dentro de la Administración que dificultan gravemente el funcionamiento de los servicios. Las consecuencias ya las conocemos, actuar tarde, mal y nunca es una de ellas y eso lo pagan los ciudadanos, a veces con su vida y los policías a menudo con su trabajo. El exceso de rotación puede ser tan problemático para nuestra seguridad como el exceso de inmovilismo y la falta de rotación en los puestos de gestión.

Como respuesta en 1PSXXI consideramos que es urgente acabar con los cargos vitalicios en los cuerpos de policía en puestos de gestión. Consideramos que es necesario obedecer a estándares europeos y que un cargo de gestión tenga un mandato limitado, durante ese tiempo tendrá que demostrar que se encuentra capacitado para un cargo igual o mejor en el futuro, se deberá a la Ley y no a la Autoridad, no podrá relajarse y se potenciará a los técnicos frente a los funcionarios de confianza.

La propuesta a la que se puede acceder en el archivo que adjuntamos en PDF , la hemos registrado en el Ministerio de Interior y la haremos llegar a todos los partidos políticos.

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