Campo de Gibraltar – Plan Operativo

DECÁLOGO DE MEDIDAS PARA LA PROBLEMÁTICA DELINCUENCIAL EN EL CAMPO DE GIBRALTAR.

  1. Medios materiales acordes a la especial idiosincrasia de la zona: Todoterrenos con defensas de hierro, rastrillos, vehículos pesados para corte de carreteras sin riesgo para los agentes, etc.
  2. Despliegue de tecnología acorde al siglo xxi en la zona: Drones, GPS, cámaras térmicas, etc. Existe poco material de este tipo y casi todo se encuentra en Madrid.
  3. Reforma legislativa para que la fuga ante la presencia policial sea un delito autónomo penado con cárcel, demostrable a través de la reproducción de las conversaciones por la malla de comunicaciones. En la actualidad, en una persecución policial, el delito requiere el “concreto peligro” para la vida de alguien, hecho este casi imposible de demostrar en un juicio, o sólo demostrable cuando ya ha ocurrido lo peor.
  4. Reforma legislativa para que los intentos de saltarse controles policiales empotrando vehículos sean considerados tentativas de homicidio siempre, no solo cuando se produce el hecho fatal de un fallecido o lesionados graves.
  5. Potenciación de las investigaciones por blanqueo de capitales. ¿A dónde va el dinero?
  6. Despliegue permanente de grupos de Geos, Goes, GRS y GAR, procedentes de unidades con mucho menos volumen de trabajo como La Coruña, Zaragoza, etc. que permanecerán hasta la creación de una unidad permanente especializada mixta con policías de la zona que tengan:
    • Conocimiento de la realidad local y delincuentes habituales.
    • Dominio de la especial idiosincrasia delictiva.
    • Implicación con la población por ser su hogar.
  7. Creación de un grupo especial de delincuencia económica y tráfico de drogas, estable y descentralizado, al mando de tres fiscales especiales antidroga con oficina en las comisarías implicadas e integrado por agentes seleccionados después de un proceso ajeno al ministerio del interior y en el que participen los tres fiscales y expertos profesionales en la materia que sepan valorar perfiles. La unidad será multidisciplinar con agentes de todos los cuerpos implicados y bajo las órdenes directas de los fiscales, priorizando los agentes cualificados especialistas y los mandos intermedios con experiencia operativa y dejando la supervisión en fiscales y jueces de instrucción.
  8. Cobro de complemento económico para los agentes desplegados que EFECTIVAMENTE realicen trabajo operativo sobre el terreno.
  9. Inmediata presencia en la zona de mandos de Europol e Interpol, que supongan la implicación de Europa no sólo en medios materiales sino en estrategias y liderazgo.
  10. NO a la declaración de Zona de Especial Singularidad del Campo de Gibraltar (a los solos efectos económicos). Esto implicaría que todos los agentes desplegados cobrarían un complemento económico, independientemente de si están en primera línea de fuego, en una secretaría o en un despacho de mando, lo que siempre deviene en un impacto negativo en los profesionales que asumen un coste pero ven como otros se llevan las recompensas, que acaba mermando la eficacia y la eficiencia. Además del cambalache típico en los cuadros de mando que sólo realizan trabajo de gestión para acudir a esa zona en busca del complemento, lo que demasiadas veces implica que sea más beneficioso mantener el problema que solucionarlo, pues así se mantienen presupuestos y pluses. También que muchos agentes con puntos de baremo pero ninguna capacidad o cualificación acudan en busca de la bolsa sin el más mínimo interés en exponerse para acabar con el problema. En definitiva, una competición que no ganarían los mejores ni los más implicados y que perpetuaría el problema. Es una medida de gran impacto político mediático, lo que suele ser sinónimo de bajo impacto operativo. Los pluses económicos sólo deben cobrarlos aquellos agentes que asumen los costes de peligrosidad, penosidad y especial dedicación del trabajo en la zona, independientemente de su escala o categoría. Si se declaran por zona y no por destino personal, se creará el enésimo gigantesco aparato burocrático de mandos y agentes mediocres que no salen de despachos y oficinas y a los que les interesa que el problema no acabe nunca para seguir cobrando.

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Una Policía para el Siglo XXI