El Síndrome AMOK

Esta noticia traerá cola e iniciará en USA y resto del mundo una nueva expansión del movimiento Black Lives Matter ¿Ha sido motivo racial o por salud mental? ¿Hay diferencia entre ataque yihadista y ataque racista? ¿Qué es el síndrome AMOK? Interés político vs realidad.

El síndrome AMOK o ataque homicida indiscriminado es una explosión de ira que lleva a la persona afectada a atacar de forma ciega a cualquiera que se cruce con él. De entrada, aunque puede haberla, sugerir motivación ideológica al ataque es partir de cierto error de base. Los episodios violentos vienen precedidos de pre-fases de adaptación que vienen, a su vez, precedidas de períodos de adquisición de la motivación del acto. El atacante está en situación depresiva, estrés agudo, etc. esta vez sí motivada por cuestión racial, religiosa, bullying…

Hay una fase de explosión, una chispa, que desencadena el suceso. Un episodio desagradable en un súper, un acoso escolar, un suceso contrario a la moral del individuo. Incluso algo inconsciente; un anuncio de TV Dependiendo de la carga cultural, el atacante inicia un acto u otro.

El acto violento es para el atacante como una catarsis en la que su psique se encuentra en modo primario, funcionando en automático y solo está a cumplir su objetivo. Tras la violencia aparece la fase vacía o de descarga. El atacante queda parado, amnésico o se suicida. Ese es el motivo por el que, a veces -si no se suicidan antes- vemos que individuos perfectamente armados y aún con munición y facilidad para seguir matando o resistiendo a la policía, simplemente se quedan como paralizados… Después, raramente saben justificar sus acciones.

Esos mismos atacantes que durante meses han expresado en manifiestos o redes sociales su motivación mediante intrincados argumentos (más o menos lógicos o elaborados), una vez detenidos no son capaces de aportar explicación coherente. Es común a racistas, yihadistas, acosados…

El problema viene cuando, depende de la excusa del atacante (Lo llamamos motivación, pero es excusa), el acto se considera de una forma u otra. Si es yihadista no se habla de islamismo sino de salud mental. Si la excusa es «cuestión racial», este caso, se habla solo de racismo. Ese es el error. Está claro que nadie en su sano juicio se lía a pegar a tiros, sea la excusa que sea, la cuestión es diagnosticar por qué un individuo decide dar el paso, no qué motivo hay detrás del paso. Hay acosados que no matan, racistas que no matan; la yihad es otra cosa.

La yihad es un sistema internacional, con entidades supranacionales aportando fondos, articulado para establecer nuevos modelos de sociedad; las acciones previstas incluyen matar. El racismo del blanco al negro es cuestión cultural de 4 tarados; no hay un sistema creado a tal fin.

Este asesino que ha matado a 13 personas en Buffalo, 11 de ellas negras, es un racista radicalizado en pocos meses. Alguien así merece no volver a ver el sol, pero nadie hablará de salud mental, solo de racismo. Ya se están desplegando asociaciones y políticos para aprovecharlo.
Cuando un AMOK yihadista (No es concepto excluyente a pesar de lo que alguno diga) comete un acto, enseguida se disculpa con la salud mental. Cuando un AMOK con cualquier otra motivación lo comete, se aprovecha para fines políticos que poco tienen que ver con la salud mental.

El desarrollo del suceso de un joven armado que entra en un instituto y mata a los alumnos, el del racista que mata en un supermercado y un ataque yihadista de un solo individuo, es en esencia el mismo. Pero la diferencia de tratamiento mediático, político y diagnóstico es enorme. En los dos primeros, cometidos habitualmente por hombres blancos, todos los medios se encargan de atribuir a difusas motivaciones políticas (racismo, xenofobia, control de armas…) nunca salud mental. En el yihadismo parece que solo interviene la salud mental y nada de lo demás. Los dos primeros son acciones que nacen del individuo y finalizan en él, sin soporte de terceros ni recompensa para imitadores. En el yihadismo hay una estructura global que invita a ello y que, una vez cometido el hecho, lo reivindica, lo alaba y anima a más jóvenes a sumarse.

El 25 de mayo hubo otro trágico ataque; 21 muertos, 19 niños. Si el otro día se habló de racismo, hoy las víctimas también pertenecen a minorías aunque ya no lo sean en proporción a la población Hay que hablar más de salud mental, no de control de armas u odio (también).

Aparecen noticias «disculpando» al autor por haber sufrido bullying Advertí que es uno de los principales lanzadores. Después el autor se radicaliza de mil formas. Cuando se habla de ataques racistas debemos buscar la causa principal en otra parte. Yo lo llamo salud psicosocial.

Josema Vallejo, Vicepresidente de la asociación «Una Policía para el Siglo XXI». Titulado en Protocolo Institucional y especializado en Investigación Judicial de siniestros viales, Trabajador Social y Máster por la Universidad de Zaragoza.

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